Saturday, April 23, 2005

EL AHORCADO

Todos iban subiendo en busca del ahorcado. Una mujer y un hombre del barrio cercano delante, más atrás el policía y el forense, seguidos por otros vecinos y los muchachos, que no daban el cuerpo por miedo a ser espantados. Pero se percibía el retemblar ligero de la tierra, las hojas con su abejeo, el diente de perro inclemente y los túmulos de la basura de años. El trillo empujaba su lengua rojiamarilla entre la baja vegetación, interrumpida por algún caimitillo, uno que otro limonero horro y de vez en vez, un árbol desconocido para aquella peregrinación. Subieron lentamente; las señoras que escoltaban al guardia comentaban sobre quién sería. Sus risitas llevaban el susto de si fuera familia de alguna qué desgracia. Cada una recontaba a sus allegados; pero no encontraban locos acorralados por la justicia o graves infieles, ni traicionados en explosión. Ni cancerosos irreparables, voyeuristas descubiertos in fraganti u homosexuales sufridores por la bronca entre carne y espíritu. Según iban acercándose sus risas se desplegaban y sus miedos les hacían dar brinquitos como ranas viejas. Algunos niños les lanzaban caimitillos verdes, manchándoles los ropones, donde las tetas rebotaban cómodamente aplastando a las hormigas que hurgaban ombligo arriba dando tenaza a uno y otro lado. Pero a ellas todo les parecía como una promesa cumplida, empezaban a darse empujones por los hombros y palmetazos gordos en la barriga, que sonaron como nalgadas e hicieron saltar a un lado al policía, a la vez que miró detrás medio engatillado. El forense se calzaba unos guantes que estallaron entre el dedo grueso y el pulgar porque eran número seis y medio y él usaba el ocho y siguió rompiendo uno a uno los doce pares como los doce meses del año, los doce grados del bachillerato, los doce años que llevaba sin curar a nadie. La pareja delantera escudriñaba una alta cerca de cardón cien metros más allá, a la derecha, con algunos almácigos desangrándose a media tarde, como mujeres recién quemadas por la Inquisición. Pero ella, más pícara, dijo que lo vio hacia la izquierda, por donde el trillo se bifurcaba, que seguiría subiendo entre los guaos y los cabos de hachas bajetones, que allá por donde se dibujaba una gajería gris, repellada contra la catarata de resplandor de julio, le pareció que era. La gente fue separándose; ellos dos ansiosos ante la fama de encontradores de cadáveres perdidos, antes que nadie los buscara. El policía y el forense, cada uno perdiendo vistazos para aparentar que iban a dar alguna voz definitiva y que todos fijos en el aire como en una foto, adorarían sus ciencias. Así iban quedando unos cien pasos detrás, mirando de vez en vez a los amenazadores guaos. Las señoras que sudaban grasa de los puñaditos de azúcar prieta que toda su vida se estuvieron comiendo detrás de las cazuelas, se sentaron unos minutos, limando con sus culos infalibles de madres totales las inmoralidades de un diente de perro al borde del trillo. Una lloviznita agazapada en la montaña les salió al paso y se evaporaba contra las paredes del incendio de la tarde. La muchachería que ya cundió como una invasión de colmenas, se infectaba de guaos y empachaba de caimitos verdes, giraba en torno a ellos, sus ojillos como moscas en todas partes, picando en los tobillos, metiéndose entre la piel y los elásticos de los blumers. Sus trompones repartidos para bajarse unos a otros las cabezas por miedo al policía, sonaban como el caer de mangos maduros durante las rachas de viento. Todos iban subiendo y separándose en busca del ahorcado, que iluminaría la cima de la loma como una rosa increible, que reventara la gajazón de aquellos árboles innominados de corteza cuarteada y hojerío pequeño, parecido al vencedor. Los que iban delante andaban atentos, pero sin mirar atrás. Sus rostros se elevaban resbalando entre llovizna y sol, sus bocas entreabiertas lanzaban espadazos de esmalte. Los ojos crecieron con el avance, sus cachetes relajados, como en un impecable asombro. El policía y el médico se pusieron ramas de albahaca en los bolsillos, cargaron los lapiceros, echaron mano a las agendas, entre cuyas hojas colocaron diagramas corporales y se cagaron en sus madres por no haber traído las máquinas fotografiadoras de muertos lindos. La tarde iba desmelenada hacia el confín y las señoras continuaron viaje habiendo perdido de vista al policía; pero ya no se daban cuenta de ellos. Una se cubrió los ojos, las otras les hundieron los índices en los sobacos, les pelliscaban las tetas y asi se turnaban en una escandalera de asustadas mediotiempos que se comieron las azuquitas prietas de las cocinas ajenas. Los muchachos reventaban las ropas rascándose el guao que les achinaba los ojos y los embembó a todos, que eran una infinita curia de muchachos encabronados. Por no padecer la alegría de tirar piedras, empezaron a pedar por todo aquello pelando el materío. Las señoras pensaron que se trataba de un ahorcado impúdico.
Los que iban a la cabeza fueron sorprendidos por unas manos abiertas, sin edad, que salieron de los matojos pidiéndoles pan y ellos les contestaron que no fueron ese día a la bodega a coger sus cincuenta o setenta gramos inmultiplicables, y que si lo deseaban fueran a sus casas, a mendigo por casa, a robarles las libretas de racionamiento ahora que el policía buscaba ahorcados, y que fueran a las bodegas y de pronto sacaran los gramos mierderos de pan de harina que no se levanta con levadura vieja amarrada con boniatos, y también se llevaran los puñaditos de azúcar prieta, los ocho o diez gramos de arroz importado y por fin, se sentaran a la sombra tranquila de las placitas por si les llegaba un plátano y se perdieran para el carajo entre los miles de quintales invisibles. Y dicho ésto siguieron ya sin asombro sin deseo casi, porque al ahorcado jodedor parece que le daba por mudarse de gajo como pitirre para burlarse de ellos. El hombre le echaba la culpa a ella de que con el susto y la distancia quien sabe si fue un majá lo que vio, o una yagua que acabó de caer. Ella le dijo que por allí no crecieron palmas ni en toda la provincia quedaba bicho con cabeza. El policía y el médico oyeron el corretaje y levantaron el lapicero babeante sobre los talonarios para el primer trazo; pero garraspearon, hicieron un signo negativo con la cabeza y trataron de acercarse a la pareja delantera, que apenas se adivinaba como dos rayitos apuntando al melón rojísimo que se iba hundiendo por el lado de allá de las montañas. Las señoras decidieron hacer una reunión del Comité de Defensa pero les pareció mejor hacerla primero de la Federación de Mujeres y trataron de llamar a los muchachos para que les hicieran un acto pioneril, pero maldito sean que les tiraban piedrecitas y se iban situando entre ellas y el policía tomando confianza. Entonces ellos discutieron que alguien se había ahorcado, porque era un borracho que no trabajaba o trabajaba para emborracharse o no encontró bebida porque los bares están todos cerrados o no sirve para las colas de todos los días esperando la dipirona para la cabeza, el tinidazol para la ameba, la leche de magnesia para desodorante, la cola por si sacan cien pizas de papa, boniato, agua frita, fajarse, empujar las viejas y llevarse una, discutieron que sí, que era un ahorcado retrógrado, poco combativo, que no iba a los trabajos voluntarios para hacer buenos cuentos rectificadores, montar camión, almorzar allá y arrancar más tomates que hierbas, porque nunca fue guajiro. Pero qué se habrá creído, que la gente puede ahorcarse si le da la gana, cuando el agujero de ozono crece como un embudo espantado hacia el sin fín. Ya la pareja delantera se internó en el velo de anochecer; a ella le pareció que el ahorcado se mecía en una rama de roble más allá de una cerca de piedras, muy lejos aún. Pero aquella mancha negra, larga, con dos puntos rojos en la cima, sí; por qué no puede ser el ahorcado. Y se apuraron hasta que la cerca los detuvo, y frente a ellos, casi al alcance de la mano, un gajo desnudo, como un dedo del roble inmemorial que siguió sobre sus cabezas hacia atrás y arriba, se atenuaba sin punta entre las estrellas. En medio del gajo, un nudo de soga, de los que usaron alguna vez los pescadores, el extremo que buscaba la tierra y a tres pies otro lazo, esta vez doble, alrededor del pescuezo del ahorcado, porque aquella mancha más oscura que la noche, larga con dos puntos rojos en la cima y una rajadura salpicada de nácar más abajo, por donde les pareció que emergía una lengua descomunal de todo lo que pudiera haber dicho, sí, porque aquello que sonaba como el viento de la noche, cual latones oliendo a orines viejos, coño, era el ahorcado, porque ya era de noche, porque estaban muy cansados, y la magia de la muerte había quedado aplastada con la imparable magia de un hambre que los hizo mirar atrás y ver que se quedaron completamente solos, perdidos en algún rincón de quién sabe cuántos carnéts de identidad.


PASTOR JOSE AGUIAR

7 comments:

Anonymous said...

dpttwcfsb
BddOEGOMDELDds

We supply [url=http://www.woolrich-arctic-parka.org]Arctic Parka Woolrich[/url] down jackets ,
[url=http://www.woolrich-arctic-parka.org]Click here[/url] to visit our website [url=http://www.woolrich-arctic-parka.org]www.woolrich-arctic-parka.org[/url] .
Here you can find the Discount [url=http://www.woolrich-arctic-parka.org/woolrich-arctic-parka-men-c-1.html]Woolrich Arctic Parka[/url] .

Now to buy so [url=http://www.woolrich-arctic-parka.org/]pas cher woolrich jackets[/url]

Anonymous said...

I am curious to find out what blog system you happen to be using? I’m having some minor security issues with my latest site and I would like to find something more risk-free. Do you have any recommendations?

[url=http://remiaso.sws2011.com]payday loans uk[/url]

pay day loans

Anonymous said...

Broncos Peyton Manning Jersey

If I miss that chance, she's goneAffirmation: I am financially fulfilled through the expression of my gifts and talents And who really needs MORE luggage to carry around?2

John Elway Nike Jersey

It's able to connect to the printer via the USM connection interface You have your own blissful happiness support system deep inside of you Never have your SS# printed on your checks It never argues with the findings of legitimate science

Broncos John Elway Jersey

Anonymous said...

top [url=http://www.001casino.com/]free casino bonus[/url] brake the latest [url=http://www.casinolasvegass.com/]casino games[/url] manumitted no deposit perk at the leading [url=http://www.baywatchcasino.com/]casino online
[/url].

Anonymous said...

Did you [url=http://www.onlinecasinos.gd]free casino[/url] skilled in that you can tether Whirl Maw state estate of the kingdom momentarily from your mobile? We submit in an arrival sooner than a distinction carriable casino elbow on iPhone, iPad, Android, Blackberry, Windows 7 and Smartphone users. Nurture your gaming with you and be a conqueror [url=http://www.avi.vg]adults toys[/url] wherever you go.

Anonymous said...

CCLEUNG Web page design Network are provided advisable as well as many been through graphic artist on the internet appropriate suggestions about you possibly can mannequin make the actual combinaison model women web site. We're able to always make a control panel for the clients just for them to redefine certain article content, post with nutritional supplement personal information via the www. http://www.vancouverwebdesignseo.com/

Anonymous said...


У нас в семье( сын 6-и лет, я и бабушка(моя мама)) сложилась непростая ситуация: моя мама - бьет моего сына!

в первый раз это случилось пару месяцев назад, из-за того, что она не могла ребенка загнать домой с прогулки выпорола его ремнем так, что ноги сына покрывали огромные синяки,

а недавно, прихожу с работы у него синяк на верхней губе и зуб шатается, это любящая бабушка кулаком приложила!

Я, знаю своего ребенка, и прекрасно знаю, что он может быть и вредным и капризным, но это не повод избивать его!

Сели, поговорили с мамой, оказывается все прекрасно понимает-что так нельзя, но ничего с собой поделать не может,

так уж вышло что ей приходиться забирать его из садика, я работаю до 18-00, дома в лучшем случае в 18-40, а сад закрывается в 17-30, с работы уйти не могу, нам просто нечего будет есть, и другую работу с другим графиком найти сейчас не так-то просто, к тому же весной в саду выпускной и похоже все лето придется брать сына с собой на работу, я боюсь, что моя мама его просто прибьет как-нибудь в порыве гнева,

дайте кто-нибудь, пожалуйста, дельный совет как быть? как донести до мамы, что избиение не метод воспитания? хотя уже наверно не смогу спокойно с ней ребенка оставить, даже если до нее и дойдет
[url=http://neighbouringrights.ru/][color=#E4F4FE] [/color][/url]