Saturday, April 23, 2005

EL PUENTE DE JACAN

Era la mañana cargada de olores de todo tipo. Un vendaval de grillos mantenía el aire muy alto y el sudor se empozaba en el alma desde antes de salir el sol. A esa hora Pepín se espantaba los entumecimientos de la noche. Hinchado a más no poder, el campo de pangola le iba creciendo desde la ventana de la cocina hasta donde los rayos horizontales le partían los ojos. Por allá vio abrirse paso entre destellos el polvo azorado de la guardarraya, y a poco, el jeep del Moro descabezando terrones y dando saltos sobre ellos como un sapo viejo.
Ahora Pepín sintió el agradecimiento a su padre como una lluvia fresca por dentro y se arrellanó un poco más. Iba riéndose solo. El Moro, cuando manejaba no sabía hacer otra cosa. Su perfil cincelado contra el azul brillante de afuera, subía y bajaba con los tirones.
Si la vieja no hubiera tenido que ir a operarse a la Habana con el puerco de Diciembre destripado, no estaría ahora con todas las truchas en la imaginación, como si las estuviera tocando. De pronto el Moro se cagó en su madre y saltó al suelo dando patadas.
_¡Carajo, por apurarme!_
_Qué apuro si vamos a catorce?_
_Venía cogiendo la loma, esa no es velocidad para esta mierda._ Sintió todo perdido. Aquella ‘cafetera’ se estremeció aún con el motor apagado como si fuera a perderse mundo arriba, desvistiéndose de todos los hierros como su manera de reírseles en la cara. Si no fuera por el tractorcito de Bernardo que les pasó de la loma, creo que no hubieran crecido. Eran las diez, las truchas estarían despiertas resbalando por un agua descansada y levantando piedras para comerse todas las cosas vivas de la laguna. Ya le atontaban los oídos el jolgorio de los sinsontes, los pitirres espantando a las tiñosas tan grandes que daba pena; y esos sabaneros que lo dejaban acercar, como si fueran a dejarse coger con la mano y después echaban a correr con un apuro extraordinario, con tanta indecisión para volar que Pepín aflojaba por lástima. Los ojos nudosos del Moro se agarraban cien varas delante de los almácigos para impulsar el jeep, a cada rato metía unos ronquidos que lo levantaban en peso, diciendo al final, asustado de sí mismo:
_¡Este catarro!_
Se puso a revolver las lombrices, una de ellas alcanzó el borde de la lata y saltó al rollo de polvo que huía hacia atrás. Cualquiera a pie los hubiera adelantado fácilmente.
_¡Cuidado que viene el puente!_
Ahora se fue contra el parabrisas para ver los tablones renegridos y separados unos de otros, con un hueco lleno de yerbajos y uñas de gato que no dejaban ver el agua. Al lado de allá dejarían el camino y saltando sobre los terrones atravesarían todo el potrero de Ambrosio Mental para alcanzar el hoyo hondo y arrancarle el peje muerto de hambre.
Las gomas delanteras astillaron el primer tablón, Pepín se sujetó de la puerta. El Moro aceleró como nunca para salvar los lomos de madera de una vez; pero algo pasó en el corazón podrido del puente y lo primero que oyeron fue un partirse de leñas como estampida y vieron por el parabrisas un bando de codornices que salían a más no poder hacia donde se calentaba la Luna Nueva. Ya lo demás fue sustituído por un hueco en los pechos parecido al miedo. Después el agua partió los cristales y les llenó la boca. Pepín se salió por la ventanilla, los guajacones le escarbaban los oídos buscando lombrices. Forcejeó contra las raíces del fondo y las uñas de gato le arrancaron la carne. Abrió los ojos y vio menos. No le quedaba otra cosa que morir y a su edad ese pensamiento nunca llega. Arrastrado por la corriente y a la vez hacia arriba como si fuera a llegar al cielo por dentro del agua. Tuvo ganas de respirar y se tragó los guajacones sin poder toser. Casi imperceptiblemente fue aliviándose de todo, resbalaba suavemente por las cosas y el hueco del pecho se le llenó de vuelos de pájaros. Ahora no supo qué hacer, tenía unos deseos de reir sin precisar de qué. Y hasta de eso se fue olvidando. Sintió sueño. Iba a quedarse dormido. Y pensar que el Moro ya estaría echando los primeros anzuelos.

PASTOR JOSE AGUIAR

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