Mujer hermosa de sol cabello
   rumor de aplausos tus ojos llevan
   Cuánta paloma en la piel de velo!
   Cénit de lujo en que claras vuelan.
   
   Soplo embelezo en mis fantasías
   tu miel respiro como un efluvio
   portal de canto a las alegrías
   arca de goce que es mi refugio.
   
   No busco el vocablo inédito
   la letra suma, la nunca dicha
   mi mano trae en oscuro séquito
   todo el amor en su maravilla.
   
   No me pluge inventar el barro
   mi corazón con su copa vierte
   fogoso molde que enamorado
   muta el silencio para quererte.
   
   No es el fonema, es la espesura
   no la pirueta sino la fuerza
   siempre moderna  va  tu hermosura
   no de ropaje sino en pureza.
   
   Mujer de vinos innarrables
   surcos de magma en el latido
   un precipicio tus incontables
   prismas que besan hasta el olvido.
   
   Humilde verso para tu verja
   siembra mi alma por cada vida
   soy en tu luz,  germen de vela
   poca a los ojos,  en Dios infinita.
   
   Pastor José Aguiar